LOS MONSTRUOS DE LA RAZÓN (por Juan Pablo Bertazza) suplemento RADAR LIBROS, PÁGINA 12

(PÁGINA 12, suplemento RADAR LIBROS, Domingo 4 de Noviembre de 2012)

LOS MONSTRUOS DE LA RAZÓN
por Juan Pablo Bertazza

Desde aquella noche en la que Rimbaud sentó en sus rodillas a la belleza, la encontró amarga y la injurió, la fealdad nunca volvió a ser la misma. La estética, menos. Y ni hablar de la literatura.
Juan José Burzi- director de la revista Los asesinos tímidos y miembro fundador del Grupo Alejandría- lo sabe. En los astillados relatos de su libro Sueños del hombre elefante, hay anécdotas de las fotos y retratos de Rimbaud, medallas de la escuela simbolista francesa, pero también datos del suicidio de ese romántico por excelencia que fue Gérard de Nerval, y también mucho olor a decadentismo. Pero, sobre todas las cosas, abunda en estos cuentos una deformidad bella, celestial casi, a la que el hombre elefante del título- que nunca emerge en el libro- sentó sobre sus rodillas y la encontró fascinante: dos hermanas siamesas y asimétricas (una intuye prácticamente lo que piensa la otra, pero al revés no sucede lo mismo), de nombre Lavinia y Drusila, que viven en un hospicio de monjas, empiezan a generar una profunda carga erótica en un hombre que terminará encontrando con ellas el grado amatorio perfecto: en una encuentra el amor, y en otra el deseo. Luego de matar a martillazos a su madre, confesar el crimen y purgar la pena en prisión, Pedro (nombre que recuerda nada menos que los cimientos de la Iglesia Católica) empieza a tener una relación con una mujer mayor que él con la que terminará reemplazando, en todos los sentidos, a su madre. Esas son algunas de las contundentes propuestas de estos relatos localizados, o soñados incluso, en Pripiat, la ciudad fantasma al norte de Ucrania que más sufrió  la tragedia de Chernobil. Más que escritos, estos cuentos parecen gritados bajo el agua. Sueños del hombre elefante no es un libro de terror, más allá del miedo que puede generar la otra cara de la normalidad; no es un libro extraño más allá de lo hipnótico que resulta lo siniestro. Es un libro degenerado- y de género- que, a la manera de la antología Spoon River de Edgar Lee Masters, no sólo extrae belleza de la fealdad sino, y sobre todo, vida de lo que permanece oculto bajo las siete llaves de la muerte. 

Reseña en REVISTA GENTE

"Esta novela podría calificarse como de horror moderno. Incluye una variedad de personajes que, al igual que la figura del Hombre Elefante, son desproporcionados, exagerados e irrespetuosos de lo correcto."

REVISTA GENTE